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Cómo el yoga ayuda con el dolor articular

El dolor articular es un problema común que puede afectar tanto a jóvenes como a mayores. Suele estar causado por un estilo de vida sedentario, el sobrepeso, lesiones o enfermedades crónicas como la artritis o la artrosis. Los médicos recomiendan la actividad física regular para mantener la salud articular, pero el entrenamiento intenso no siempre es adecuado. En este caso, el yoga es una de las mejores opciones: combina actividad física moderada, estiramientos, ejercicios de respiración y técnicas de relajación.

1. Mejora la movilidad y la flexibilidad
El yoga se basa en asanas: posturas que se realizan de forma suave y consciente. Ayudan a estirar los músculos y tendones, haciéndolos más elásticos. Para las articulaciones, esto se traduce en menor rigidez, mejor movilidad y una realización más sencilla de las actividades diarias. Es especialmente importante que el yoga involucre todos los grupos articulares, desde las vértebras cervicales hasta los dedos de los pies. Esto ayuda a mantener una flexibilidad uniforme y a prevenir contracturas.

2. Reduce la inflamación
La actividad física estimula la circulación sanguínea y mejora el aporte de nutrientes al cartílago. En personas con enfermedades articulares crónicas, esto ayuda a reducir la hinchazón y la inflamación. Estudios científicos demuestran que la práctica regular de yoga reduce los niveles de proteína C reactiva, un marcador de inflamación. Por lo tanto, el yoga actúa no solo a nivel mecánico, sino también bioquímico.

3. Fortalece los músculos, como un "corsé" natural.
Las articulaciones no funcionan de forma aislada de los músculos. Cuando los músculos están débiles, se someten a un estrés excesivo, lo que acelera su desgaste. El yoga ayuda a fortalecer gradualmente, sin movimientos bruscos, los músculos que sostienen las articulaciones de la rodilla, la cadera y el hombro. Por ejemplo:

La postura del guerrero activa los cuádriceps y los músculos del muslo.

La postura de la plancha entrena los hombros y el torso, estabilizando las articulaciones de los brazos.

La postura de la silla desarrolla la resistencia de los músculos de las piernas, aliviando la tensión de las rodillas.

Esto ayuda a que las articulaciones funcionen con mayor fluidez y reduce el riesgo de sobreesfuerzo.

4. Control de peso y reducción de la presión sobre las articulaciones.
Cada kilo de más que cargues ejerce una presión adicional sobre las rodillas y las caderas. El yoga no es un ejercicio cardiovascular intenso, pero ayuda a quemar calorías, controlar el apetito y a perder peso. Al mismo tiempo, reduce la tensión mecánica del sistema musculoesquelético.

5. Alivio del dolor mediante la relajación
El dolor crónico suele verse agravado por el estrés y la tensión muscular. El yoga incluye meditación y prácticas de respiración (pranayama), que reducen las hormonas del estrés, mejoran el sueño y ayudan a percibir el dolor con menos intensidad. Esto es especialmente importante para quienes sufren de artritis o dolor postraumático.

6. Aspecto psicológico
El dolor articular suele limitar el estilo de vida habitual, lo que puede causar ansiedad o incluso depresión. El yoga no solo afecta al cuerpo, sino que también tiene un efecto positivo en la psique. Restaura la sensación de control sobre el cuerpo, aumenta la confianza en uno mismo y la motivación para seguir practicando.

7. Ejemplos de ejercicios para las articulaciones
Postura del niño (Balasana): Alivia la tensión en las rodillas y la zona lumbar.

Postura del Gato-Vaca (Marjariasana-Bitilasana): Mejora la movilidad de la columna vertebral y reduce la rigidez. Postura del Puente (Setu Bandhasana): Fortalece los músculos de los glúteos y la espalda, reduciendo la carga en la zona lumbar.

Giros sentados: Desenroscan suavemente la columna vertebral y mejoran la circulación sanguínea en los discos intervertebrales.

8. Recomendaciones importantes
Consulte a su médico antes de comenzar las clases, especialmente si le han diagnosticado enfermedades articulares.

Realice los ejercicios lentamente, sin sacudidas.

Use ayudas como bloques, rodillos o mantas para reducir la carga.

No practique yoga si tiene dolor agudo; el yoga debe ser cómodo.

Conclusión
El yoga no es solo una práctica espiritual, sino también un método eficaz para mantener la salud musculoesquelética. Ayuda a reducir el dolor, mejorar la movilidad, fortalecer los músculos y reducir los niveles de estrés. Para las personas con dolor articular, la práctica regular de yoga puede ser un apoyo confiable en la vida diaria y una forma de mejorar su calidad de vida.